Cuando necesitas tener una conversación difícil, es normal que te pongas nervioso o que te preocupe cómo irá. Pero las conversaciones difíciles pueden ser más fluidas si las planificas con antelación. Estos son algunos consejos.
- Organiza tus pensamientos.
Cuando estás nervioso o cuando hay muchas emociones, puede ser fácil que una conversación se desvíe del tema. Puedes olvidar cosas que querías decir, o podrías decir cosas que no tenías pensado decir. Antes de la conversación, trata de anotar los puntos más importantes y cuáles son tus metas principales. Eso puede ayudarte a mantenerte centrado.
- Elige un buen momento para hablar.
Por ejemplo, si los días de entre semana son ajetreados y estresantes, elige un momento durante el fin de semana en el que las cosas parezcan estar más tranquilas. Si vives con muchas personas, quizás tengas que mantener la conversación durante una caminata para que puedas tener algo de privacidad. O podrías programar una hora específica para hablar. Podrías decir: "Necesito hablar contigo sobre algo importante. ¿Podemos planear tiempo a solas nosotros dos?"
- Comparte cómo te sientes.
Trata de identificar lo que hace que este tema sea difícil. ¿Es embarazoso? ¿Te preocupa que tu padre o tutor se sienta decepcionado contigo? Si eres honesto acerca de lo que sientes, eso puede ayudar a que la otra persona comprenda mejor tu experiencia. Puedes decir cosas como: "Me siento incómodo hablando de esto porque es algo embarazoso" o "Es difícil para mí decirte esto porque me preocupa decepcionarte".
- Expresa claramente qué tipo de ayuda necesitas.
¿Estás buscando consejo u orientación? Tal vez necesitas ayuda con una situación difícil. Sea lo que sea, trata de tener claro qué tipo de apoyo necesitas.
- Prepárate también para escuchar.
Si necesitas hablar con tus padres o tu tutor sobre algo que podría disgustarlos, es posible que tengan una reacción. Dales tiempo para que te digan lo que están pensando o sintiendo sin reaccionar ni enojarte. Recuerda que tú probablemente has tenido la oportunidad de pensar un poco sobre el tema. Pero ellos lo están oyendo por primera vez.
- Si es necesario, busca un adulto diferente con quien hablar.
Tú conoces mejor a tus padres o a tu tutor. Si temes cómo podrían reaccionar o si no te sientes seguro, habla primero con un adulto diferente. Elige a alguien en quien confíes, como un amigo de la familia, un maestro o un consejero escolar.